sábado, 24 de diciembre de 2011

C – E

La experiencia individual de la comprensión se pone a prueba en el fenómeno colectivo de la explicación. Son dos lenguajes diferentes: por eso la verdadera comprensión es la traducción.

La traducción puede tener varias plataformas. A veces es comunicación (material) y otras transmisión (inmaterial, pero sensible). Materialmente, palabras y aliento. Sensiblemente, espacios, miradas y silencios. Si comprendo algo, lo comunico. Si te comprendo, lo transmito.

viernes, 19 de agosto de 2011

Poetas chilenos desde el acto poético

La inquietud sobre las posibilidades de vivificar la poesía y la literatura en general atrajo mi atención hacia la lectura que hace Alejandro Jodorowsky, en su libro Psicomagia, de cinco poetas chilenos del siglo pasado.

A continuación corto y pego fragmentos de lo que dice. Adviértase que se hará por entregas y yendo en contra de la lógica de publicación del blog: nada de que los últimos serán los primeros. 

A manera de introducción:


«Poesía hay en todas partes. Pero la vida poética, en cambio, es un bien más escaso. ¿En cuántos países existe una atmósfera realmente poética? Sin duda, la antigua China era una tierra de poesía. Pero pienso que, en los años cincuenta, en Chile se vivía poéticamente como en ningún otro país del mundo.

La poesía lo impregnaba todo: la enseñanza, la política, la vida cultural… El pueblo mismo vivía inmerso en la poesía. Eso era debido al temperamento propio de los chilenos y más particularmente a a influencia de cinco de nuestros poetas, que se transformaron para mí en una especie de arquetipos. Fueron ellos quienes moldearon mi existencia en un comienzo. El más conocido de ellos era nada menos que…»


¿Quién será? Descúbralo en la próxima entrada (o busque el libro en internet… en estos tiempos ya no hay suspenso).

jueves, 18 de agosto de 2011

1

«…Pablo Neruda, un hombre políticamente muy activo, exuberante, muy prolífico en su escritura y que, sobre todo, vivía como un auténtico poeta.

Vivir como un auténtico poeta es, en primer lugar, no temer, atreverse a dar, tener la audacia de vivir con cierta desmesura. Neruda construyó una casa en forma de castillo, congregando en torno a él a un pueblo entero, fue senador, y casi llegó a ser presidente de la república… Entrego su vida al Partido Comunista, por idealismo, porque deseaba realmente llevar a cabo una revolución social, construir un mundo más justo… Y su poesía marcó a toda la juventud chilena. En Chile, ¡incluso los borrachos en plena sesión alcohólica declamaban versos de Neruda! Su poesía era recitada tanto en los colegios como en la calle. Todo el mundo quería ser poeta, como él. ¡No hablo sólo de los estudiantes, sino de obreros e incluso borrachos que hablaban en verso! Supo captar en sus versos todo el ambiente loco del país.



Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo sería delicioso
asustar a un notorio con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.*





Aparte de Neruda, que gozaba de fama mundial, otros cuatro poetas fueron de importancia capital…»


* Jodorowsky cita en su libro ese fragmento, el cual es parte del poema titulado «Walking around» que pueden encontrar en: Pablo Neruda Antología general, Alfaguara, Lima, 2010, p. 130-132.

2

«Vicente Huidobro provenía de un medio acomodado, en todo caso, menos humilde que el de Neruda[…] recibió una eduación artística muy profunda, por lo que su poesía, de una gran belleza formal, impregnó de elegancia a todo el país. Soñábamos todos con Europa, con la cultura… Huidobro nos dió una gran lección de estética.

El poeta os tiende la mano para conduciros más allá del último horizonte, más arriba de la punta de la pirámide, en ese campo que se extiende más allá de lo verdadero y lo falso, más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la razón y la fantasía, más allá del espíritu y la materia. Hay en su garganta un incendio inextinguible*.

Había también una mujer…».



3

[…] Gabriela Mistral. Su apariencia era la de una dama seca, austera, muy alejada de la poesía sensual. Ella enseñaba en las escuelas populares, y esta pequeña institutriz llegó a transformarse para nosotros en un símbolo de paz. Nos enseñó la exigencia moral respecto del dolor del mundo. Gabriela Mistral era para los chilenos una especie de gurú, muy mística, una figura de madre universal. Ella hablaba de Dios pero daba fe de un rigor tal… Escucha estos fragmentos de su «Oración de la Maestra» (la maestra en cuestión era, naturalmente, la institutriz):

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra… Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren… Hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida… Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana… Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia.*

*Fragmentos de «La oración de la maestra». 

El cuarto se llamaba…

lunes, 1 de agosto de 2011

Actualización del tópico

aurea mediocritas
[tópico literario]
experiencia de la vida moderada • el deseado y elegido punto medio • ni mucho ni poco


No es lo mismo la dorada mediocridad…

Vivir quiero conmigo,
Gozar quiero del bien que debo al Cielo,
A solas, sin testigo,
Libre de amor, de celo,
De odio, de esperanzas, de recelo.

(Fray Luis de León, «Oda a la vida retirada»)

  
… que 500 años después.

Alegría y tristeza es lo mismo
Para mí que no me interesa sentir
Porque en el ángulo de la vida
Yo he decidido ser la bisectriz.

(El Cuarteto de Nos, «Así soy yo»)


viernes, 22 de julio de 2011

De cartas de relación a 140 caractéres

Las bitácoras públicas son una plataforma para la publicación libre de información en Internet. Blogger y WordPress son ejemplos de estas bitácoras. Twitter también lo es. El número de usuarios de este microblog a nivel mundial se lleva por mucho a las cuentas de blogs que se mantienen actualizadas.

¿Por qué es así? ¿Qué ofrece Twitter como medio que comunicación? Algunos dirán que Twitter es reflejo de la actual vida elusiva, de una modernidad líquida, como la llama Zygmunt Bauman, en la que el discurso no se compromete con nada porque nada es seguro. Otros dirán que el discurso que se construye en Twitter está muy limitado por su brevedad.

A las dos razones anteriores se les puede encontrar su contraparte. Lo que Twitter refleja no es la falta de compromiso, sino un modo distinto de éste. Esta plataforma es la mejor muestra del paso de un movimiento social con grupos ideológicos marcados a un movimiento histórico de reacciones individuales contingentes. Por otro lado, si hacemos caso de eso de que «lo que es corto y bueno es doblemente bueno», resulta que el discurso breve de Twitter vale más que largas y tediosas entradas de un blog que nadie lee.

Por mi parte, no he podido encontrar el lado de Twitter que engancha a muchos a seguir y ser seguidos. ¿Tendrá algo que ver con la profesión con la que uno carga? Por ejemplo, ¿qué tan bien se lleva la literatura con la cultura Web 2.0? ¿Qué posibilidades discursivas ofrece o quita una plataforma como Twitter en oposición a Blogger? Solamente en la práctica podemos contestar a eso (es decir, experimentando y conociendo estas plataformas. Un par de recomendaciones: Generación Y y Jodorowsky).

Aún así, siempre es interesante pensar qué haría, por ejemplo, un artista dadaísta con una cuenta de Twitter o de Flickr, o cuántas crónicas publicaría José Martí desde su blog.

Finalmente, recordando la entrada anterior, ¿qué tanto podemos escribir en alta voz en las plataformas virtuales?

domingo, 10 de julio de 2011

Escribir en alta voz 0

«La escritura en alta voz pertenece al geno-texto, a la significancia, es sostenida no por las inflexiones gramáticas, las entonaciones malignas, los acentos complacientes, sino por el tono de la voz que es un mixto erótico de timbre y de lenguaje y que como la dicción puede también ser la materia de un arte: el arte de conducir el cuerpo (de allí proviene su importancia en los teatros de Extremo Oriente). Considerando los sonidos de la lengua, la escritura en alta voz no es fonológica sino fonética, su objetivo no es la claridad de los mensajes, el teatro de las emociones, lo que busca (en una perspectiva de goce) son los incidentes pulsionales, el lenguaje tapizado de piel, un texto donde se pudiese escuchar el tono de la garganta, la oxidación de las consonantes, la voluptuosidad de las vocales, toda una estereofonía de la carne profunda: la articulación del cuerpo, de la lengua, no la del sentido, la del lenguaje. Un cierto arte de la melodía puede dar idea de esta escritura vocal, pero como la melodía está muerta es tal vez en el cine donde pueda encontrársela con mayor facilidad. En efecto, es suficiente que el cine tome de muy cerca el sonido de la palabra (en suma es la definición generalizada del "tono" de la escritura) y haga escuchar en su materialidad, en su sensualidad, la respiración, la aspereza, la pulpa de los labios, toda una presencia de rostro humano (que la voz, que la escritura sean frescas, livianas, lubrificadas, finamente granuladas y vibrantes como el hocico de un animal) para que logre desplazar el significado muy lejos y meter, por decirlo así, el cuerpo anónimo del actor en mi oreja: allí rechina, chirria, acaricia, raspa, corta: goza».

(Roland Barthes, El placer del texto, Siglo XXI, México, 2009).


¿SERá LA ESCRITURA EN ALTA VOZ 
UN CAMINO HACIA 
LA LITERATURA COMO UN GESTO VITAL 
MáS QUE COMO UNA ACTIVIDAD RESTRINGIDA?



miércoles, 6 de julio de 2011

Sobre los jardines

"Mirar una mancha obscura y difusa y poder decir: 
'Ahí está mi cara; lo que tenga luz no me pertenece' ".
José Saramago

Jardines me cantan la gula
sin hora. Sin hora, la rima
me alumbra. Nocturno pronombre
me aflora: mi mina me mima.

Jardines de tétricas uñas:
la flora demora y decora
la voz del calor que retumba
do brotan pimpollos de aurora.
 

Escribir en alta voz 2

*

Hay una voz que se parece al roce del viento con la rama más alta, del más alto árbol, del más cercano al cielo. Esa voz es azul. ¿Por qué? Solamente para que combine con tus ojos verdes. Escucho y miro, aunque puedo escuchar sin mirar. Jamás el sonido encontró mayor correspondencia con su progenitor. Tu voz tiene tu estatura, tus gestos y el roce de tus manos. También tiene tus pasos, tu infancia y la curva melódica de tu sonrisa. Tu voz adormece los sentidos para despertar la conciencia. Los adormece con el consuelo de la belleza intangible; la despierta con la emoción de la idea expresable.

*


domingo, 3 de julio de 2011

Escribir en alta voz 1

*
¡Qué bien, ¡ay cielos!, persuade
nuestro error, nuestra ignorancia
a mayor conocimiento
este cadáver que habla
por la boca de una herida,
siendo el humor que desata
sangrienta lengua que enseña
que son diligencias vanas
del hombre cuantas dispone
contra mayor fuerza y causa […]

* 

(Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño, vv. 3096-3107)
 

domingo, 26 de junio de 2011

Del matadero a la cárcel

"Simulacro en pequeño era este del modo bárbaro con que se ventilan en nuestro país las cuestiones y los derechos individuales y sociales".
Esteban Echeverría, "El matadero"

"Entrar a este penal [de Apodaca] es adentrarse en el microcosmos de una ciudad".
Sanjuana Martínez, "Penales en norte: miedo, hacinamiento, golpes, muerte y silencio", La Jornada (26/06/2011)

El puente entre un texto del siglo XIX y uno del periódico de hoy es una realidad violenta y apabullante que se reproduce en espacios grandes y pequeños por igual. En el XIX, esa realidad era el intento de una construcción nacional apoyada en la contradictoria dicotomía civilización-barbarie. 

¿Pero ahora? ¿Qué pasa cuando hacemos un zoom sociológico al sistema penitenciario de nuestro país? Pasa que nos damos cuenta de que ese sistema no sirve para nada más que para reproducir en pequeño los peores males de la sociedad. El artículo periodístico citado al principio pone esto, que es sabido por todos, en palabras. De esta manera nos conduce irremediablemente a reflexionar sobre la complejidad de un problema que llega a parecer irresoluble.

Sin embargo, es probable que, como muchas veces pasa, la solución se encuentre en el mismo problema. Solamente hay que ver la capacidad de reversión del proceso: si el sistema de relaciones corrupto y decadente que priva en la sociedad puede filtrarse en las instituciones que supuestamente luchan contra él, es totalmente posible que desde los "pequeños" núcleos e instituciones sociales (la familia, la escuela, la colonia, etc.) se extiendan nuevas formas de relaciones hacia toda la sociedad.

jueves, 23 de junio de 2011

Otro (soneto del trastorno)

                          
“El odio mira como a un criminal  a la cordura”
José Martí
“I might be mistaken, I know”
Agnes Obel
                               (I)
Conjuga el derivado de adverbiales
paradigmas morfema sus ideas
en rotos, delirantes y sin deas
sintagmas de secuencias no cabales:

se cambia los fonemas palatales;
se inviste con la regla que saqueas,
oh lector iracundo, que solfeas
con orgullo de tiempos bilabiales.

Molestias oclusivas en colores
nasales dibujó para sus versos:
tomó demente al que se ve en albores

de sinápticos fallos y a sus tersos,
semánticos, flexivos y dolores
colmó de acentos tristes y perversos.


miércoles, 22 de junio de 2011

¡Asalto al parnaso idealizado!

«El anzuelo» de Enrique Bunbury


Este vano correr tras lo imposible
Este mapa de incauto navegante
Este vivir un rato para morir más tiempo
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa


Este asalto al parnaso idealizado
Este coma de pronóstico reservado
Esta fellatio de amor caníbal
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa


Este infierno fatal y divertido
Este vestido de nocturna soledad
Este canto de sirena exclusivo
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa


Este andar de pies sin escarpines
Esta ida y vuelta a los confines
Este seamos siempre libres
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa


Este infierno fatal y divertido
Este vestido de nocturna soledad
Este canto de sirena exclusivo
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa


Versión original en El viaje a ninguna parte (2003)


Versión en vivo en Gran Rex (2011)

Hace un par de semestres, esta canción me dió la idea (o quizás el delirio) de que entre ella y la «Sátira a las cosas que pasan en el Pirú, año de 1598» de Mateo Rosas de Oquendo hay un diálogo literario.

¿En qué lo veo? En los versos anafóricos que dan la idea de enumeración (como pasa en un buen grupo de versos de la «Sátira…», en las contradicciones que cada verso presenta (lo que se antoja como el tópico del mundo al revés) y en frases específicas como «incauto navegante», «pies sin escarpines» y «canto de sirena» (que aparecen tal cual en la «Sátira…»).

¿Será que Bunbury se leyó ese texto en uno de sus viajes a América Latina? Por desgracia, no puedo preguntárselo personalmente, pero creo que la canción ofrece suficiente libertad y al mismo tiempo suficientes pistas como para poder pensar en una intertextualidad. O al menos para imaginar que Bunbury lee los mismos textos que estudiamos en la universidad.

martes, 21 de junio de 2011

«El Sur es mi norte»

Escuché esas palabras en una canción y pensé que, respecto a América Latina, una frase así de breve es muy problematizable. Incluso solamente alterando su ortografía:

Si cambiamos algunas mayúsculas, «el Sur es mi Norte», la frase viene a ser como la pintura de Joaquín Torres-García, pues el mapa y los puntos cardinales se invierten: el Sur está donde estaba el Norte. Pero, como dice Walter Mignolo, en esta inversión «se cambia el contenido pero no los términos del diálogo» (La idea de América Latina).

JoaquínTorres-García, América invertida, 1936


Una opción más enriquecedora podría ser «el Sur es mi norte», tomando norte en su sentido metafórico de guía o punto de referencia. El Sur no es solamente el territorio, sino también sus habitantes, los cuales fueron tratados como objetos durante la invasión e invención de América, pero cuyas perspectivas como sujetos son el punto de referencia para «…reescribir la historia desde otra lógica, otro lenguaje y otro marco de pensamiento». 

Además no hay que olvidar la importancia del mi, porque nosotros habitamos América Latina y, así como su historia es la nuestra, somos también capaces de transformar los contenidos y categorías de ese pensamiento histórico para poder ejercerlos en la vida.


Ya ni hace falta decir que es ampliamente (más bien necesariamente) recomendable leer a Mignolo. Basta el prólogo para no querer soltarlo.

Cliquea el libro para obtener una versión electrónica

miércoles, 8 de junio de 2011

Para hacerle cosquillas al cerebro



«Es la intención de Mastodonte mantener un diálogo (diverso, interminable, no necesariamente profundo) sobre el proceso creativo».

 • • •

Esta revista electrónica trabaja el lenguaje y la imagen creativamente al mismo tiempo que invita a sus lectores a hacer lo mismo. Para los que tenemos la literatura como pan de cada día, más que una invitación, es una orden. ¿Pues cómo entenderemos la creación de otros sino ejercemos nosotros mismos ese particular tipo de pensamiento?

Acá les dejo un texto (de muchos) de Alfonso Ochoa, uno de los creadores de Mastodonte:


Hotel

Escogí este cuarto con espejo porque un espejo sabe siempre apagar la soledad.
¿O la duplica?


domingo, 5 de junio de 2011

Gaucheando


LA QUE FALTABA
DE
M A R T Í N  F I E R R O





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Especiales hechos faltan
de mi vida por contar:
los detalles de otro andar,
de otra historia que me avino,
si memoria tengo y tino,
escuchadme preparar.

Yo, Martín, no al ñudo, Fierro,
que hora vengo de la Pampa
donde el fiero mundo acampa,
donde tuve la bolada
de la güelta afortunada,
donde de una negra trampa

hice otrora la ancha pata,
para darles la cuestión
y pasarles mi impresión,
con vigüela y dulce canto,
por placer, en entretanto,
concededme su atención.

Era yo de un bajo en plano
con el hilo en una pata
(porque el sol me daba lata)
cuando vi, rayando el flete,
que un paisano sin copete
iba en lenta cabalgata.

Me acerqué para enterarme
de su paso; dende dijo:
Soy Miguel, que a rumbo fijo
no me lanzo”. “Yo tampoco”,
contesté, “que siempre troco
de camino”. “Me dirijo”,

agregó, “sin dónde dado”.
Decidimos que compaña
nunca a nadie en nada daña;
dende luego, retomamos
nuestra marcha por los tramos
esperando hallar hazaña.

Anduvimos entripaos
tres y cuatro y cinco días.
Ya rete hartos de las vías
todas planas, advertimos
un castillo de racimos
ignorado por los guías.

A la puerta aparejamos
y al botón le dimos hilo.
Hora me entro de refilo”,
me soltó Miguel pasando.
Luego dijo regresando:
Todo ronda muy tranquilo”.

Recorrimos lentamente
cada cuarto y toda pieza.
Dende al patio, con presteza,
nos salimos, porque ruido
nos llegó: “Me ha parecido”,
le canté, “que aquí hay riqueza

para el hambre que nos cala”.
Nuestras tripas amarradas
se quejaban de fregadas
(nada habíamos yantado):
era entonces buen agrado
ver las bestias arrimadas.




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Acabado ya el festín,
en las sillas, reclinaos,
bien estando acomodaos,
feos chambos escuchamos
y a la par nos percatamos
de una sombra de diablaos.

Fuerte grito dio la negra:
De tomar me dad y guise”.
Yo mostrar la hilacha quise:
Si a comer, a trabajar”.
No Miguel se dio a ayudar,
bajo el suelo sino fueise.

Pero pata la ancha yo hice:
en la sombra filo hundí,
más de tres, ninguna herí,
y, no más de refilón,
todo un brazo sin función
me dejó. Volvime así,

con el diestro brazo inmóvil,
y al arisco (tal Miguel)
¡Ayudame”, dije, “infiel!”.
Nada fizo. Ya de noche,
hubo nuevamente entroche
y otro brazo me hizo riel.

Tres, Miguel, al día, dijo:
¡Epa, nijo! ¡No eches panes
y esperá hasta que sanes!”
Menudié y aquella luna,
de otro pleito, sólo en una
pierna vime. “No te afanes,

que has quedado atravesao”,
me sonó su voz chancleta.
Cuarta noche, cuarta reta:
di pelea manco y rengo
dando todo mi abolengo,
mas dejome en carne quieta.

Fierro viome en nombre y cuerpo
Miguel: a las de gaviotas
apeló; puso las botas
en caballo hecho jabón:
traer ayuda, su misión.
Dende un pueblo halló de a motas

de onde a un cura se lo trajo.
En llegándose al castillo
se llevaron un sustillo
cuando vieron la amenaza,
mas el cura buena traza
diole al punto sin cuchillo:

con bendita sólo el agua
ultimó a la sombra mala,
dando a esa alma negra un ala.
Dende luego el movimiento
me volvió y gritele al viento:
¡Qué ventura! ¡Qué gran gala!”

Hora aquí mi historia acaba;
por su extraño y raro modo
no la pongan en el lodo,
pues contarla, díjome uno,
NO ES PARA MAL DE NINGUNO
SINO PARA BIEN DE TODOS”.


























Notas
7 Al ñudo: en vano, sin utilidad.
10 Bolada: oportunidad.
11 Güelta: vuelta.
13 Hacer pata ancha: enfrentar algo valerosamente.
16 Vigüela: guitarra.
19 En el plano de un bajo: lugar llano en una hondonada de la Pampa.
20 Con el hilo en una pata: dificultosamente.
22 Rayando el flete: detener súbitamente el caballo.
37 Entripaos: entripados (enojados).
44 Al botón: inútilmente.
45 Refilar: pasar tocando ligeramente una cosa.
58 Yantar: comer.
64 Chumbo: ruido del disparo de un arma; por extensión, un sonido súbito y fuerte.
69 Mostrar la hilacha: dar a conocer su personalidad.
80 Arisco: cobarde.
86 Echar panes: presumir de bravo.
88 Menudiar: insistir en una acción.
91 Atravesao: en condiciones desfavorables.
92 Chancleta: cobarde.
98 Apelar a las de gaviotas: huir.
100 Hacer jabón: pasar miedo.
102 De a motas: de a pocas.
110 Ultimar: matar.
 
Apéndice 

viernes, 3 de junio de 2011

Escribir para ver

El poema gauchesco que pueden leer y oír en la entrada siguiente está, en términos platónicos, dos veces alejado de la verdad: imitamos un género literario que imitaba una tradición oral. ¿Pero cuándo la escritura ha sido bruñido espejo de realidad? Jamás. Y cuando se nos diga lo contrario, hay que sospechar más que nunca.

La poesía gauchesca es un ejemplo espectacular de cómo la literatura, mediante complejos pero finísimos procesos de escritura, construye, a partir de otra, una realidad propia. No solamente en cuanto a sus referencias, sino en cuanto a todos los elementos del circuito comunicacional: su emisor, receptor, código, canal, mensaje. Los poetas gauchescos escribieron para ver y para hacer ver. 

Claro está que los gauchos fueron la realidad que les sirvió de base. De hecho, la particular situación social (marginados de la civilización pero potenciales defensores de la nación) y cultural (portadores de una cultura tradicional rural manifiesta en su dialecto) de estos los hizo blancos perfectos para ser utilizados por la literatura de una manera tan amplia, como ya se dijo.

Hay que tener presente que la poesía gauchesca, aunque fue por su especificidad un género literario rígido, tuvo varios momentos. El Martín Fierro de José Hernández, que fue nuestro modelo en la creación, representa la última etapa de la gauchesca del XIX, en la cual el tono del discurso ya no es de "conocer para incorporar", sino de añoranza por un tipo social casi exterminado. Pese a las variaciones en el proyecto ideológico del autor, la constante en este género es que lo gaucho se desvanece frente a lo gauchesco

¿Es eso un problema, un error, una maldad...? ¡Pero es que el desvanecimiento es tan bello y seductor! ¡Cómo no agarrarle simpatía y cariño a un personaje como Martín Fierro, tan valiente, tan sensible, tan humano! Quizás podamos disfrutar del fantasma mientras no olvidemos su sangre. 

Para cerrar... o más bien abrir con llave de oro el camino de la reflexión, les recomendamos muchísimo el prólogo de Ángel Rama a la antología de poesía gauchesca de la Biblioteca Ayacucho. Es una joya. Además de que se enterarán muy bien de los pormenores del extraordinario fenómeno gauchesco, podrán ver una inspiradora aplicación de teorías lingüísticas y literarias (desde Jakobson hasta Amado Alonso, pasando por Sapir y Greimas) a la literatura de América Latina.


Ángel Rama, cofundador de Biblioteca Ayacucho