jueves, 18 de agosto de 2011

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«…Pablo Neruda, un hombre políticamente muy activo, exuberante, muy prolífico en su escritura y que, sobre todo, vivía como un auténtico poeta.

Vivir como un auténtico poeta es, en primer lugar, no temer, atreverse a dar, tener la audacia de vivir con cierta desmesura. Neruda construyó una casa en forma de castillo, congregando en torno a él a un pueblo entero, fue senador, y casi llegó a ser presidente de la república… Entrego su vida al Partido Comunista, por idealismo, porque deseaba realmente llevar a cabo una revolución social, construir un mundo más justo… Y su poesía marcó a toda la juventud chilena. En Chile, ¡incluso los borrachos en plena sesión alcohólica declamaban versos de Neruda! Su poesía era recitada tanto en los colegios como en la calle. Todo el mundo quería ser poeta, como él. ¡No hablo sólo de los estudiantes, sino de obreros e incluso borrachos que hablaban en verso! Supo captar en sus versos todo el ambiente loco del país.



Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo sería delicioso
asustar a un notorio con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.*





Aparte de Neruda, que gozaba de fama mundial, otros cuatro poetas fueron de importancia capital…»


* Jodorowsky cita en su libro ese fragmento, el cual es parte del poema titulado «Walking around» que pueden encontrar en: Pablo Neruda Antología general, Alfaguara, Lima, 2010, p. 130-132.

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