domingo, 26 de junio de 2011

Del matadero a la cárcel

"Simulacro en pequeño era este del modo bárbaro con que se ventilan en nuestro país las cuestiones y los derechos individuales y sociales".
Esteban Echeverría, "El matadero"

"Entrar a este penal [de Apodaca] es adentrarse en el microcosmos de una ciudad".
Sanjuana Martínez, "Penales en norte: miedo, hacinamiento, golpes, muerte y silencio", La Jornada (26/06/2011)

El puente entre un texto del siglo XIX y uno del periódico de hoy es una realidad violenta y apabullante que se reproduce en espacios grandes y pequeños por igual. En el XIX, esa realidad era el intento de una construcción nacional apoyada en la contradictoria dicotomía civilización-barbarie. 

¿Pero ahora? ¿Qué pasa cuando hacemos un zoom sociológico al sistema penitenciario de nuestro país? Pasa que nos damos cuenta de que ese sistema no sirve para nada más que para reproducir en pequeño los peores males de la sociedad. El artículo periodístico citado al principio pone esto, que es sabido por todos, en palabras. De esta manera nos conduce irremediablemente a reflexionar sobre la complejidad de un problema que llega a parecer irresoluble.

Sin embargo, es probable que, como muchas veces pasa, la solución se encuentre en el mismo problema. Solamente hay que ver la capacidad de reversión del proceso: si el sistema de relaciones corrupto y decadente que priva en la sociedad puede filtrarse en las instituciones que supuestamente luchan contra él, es totalmente posible que desde los "pequeños" núcleos e instituciones sociales (la familia, la escuela, la colonia, etc.) se extiendan nuevas formas de relaciones hacia toda la sociedad.

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