viernes, 1 de junio de 2012

«No olés a viejo, Europa»

El exilio de Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) en Roma puede leerse también como un espacio de reflexión crítica: se desarraiga de su tierra para vivirla desde la distancia al mismo tiempo que se acerca a lo ajeno para pensarlo desde adentro. 

XXV

Europa fue la cuna del capitalismo y al niño ése, en la cuna, lo alimentaron con oro y plata del Perú, de México, Bolivia. Millones de americanos tuvieron que morir para engordar al niño, que creció vigoroso, desarrolló lenguas, artes, ciencias, modos de amar y de vivir, más dimensiones de lo humano.
 
¿Quién dijo que la cultura no tiene olor?
 
Paso por Roma, por París, bellísimas. En vía del Corso y Bulmish huelo de pronto a taíno devorado por perros andaluces, a orejas de ona mutilado, a azteca deshaciéndose en el lago de Tenochtitlán, a inquita roto en Potosí. A querandí, araucano, congo, carabalí, esclavizados, masacrados.
 
No olés a viejo, Europa.
 
Olés a doble humanidad, la que asesina, la que es asesinada.

Pasaron siglos y la belleza de los vencidos pudre tu frente todavía. 
 
14-09-1980
Aquí puedes descargar algunas páginas de Bajo la lluvia ajena (Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2009), el libro que recoge éste y otros textos que Juan Gelman escribió durante su exilio en Roma. La publicación donde aparecieron originalmente fue Exilio (Buenos Aires: Legasa, 1984), un proyecto conjunto de Gelman con Osvaldo Bayer, periodista y escritor argentino.

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